domingo, 24 de marzo de 2019

Sin ingenuidades

Trabajar al servicio de los demás nos afecta siempre de una manera u otra. Muchas situaciones complicadas sólo se pueden superar con una dedicación extra y una mayor implicación personal. Pero entonces piensa que corres el riesgo de que los esfuerzos de días o de años se acumulen en forma de un cansancio que no acabas de entender, o que llegues a sentirte responsable de lo que no puedes hacer y que las dificultades de golpe te superen... Si se da el caso será necesario que aprendas a tomar distancia y aceptar que haces muchas cosas bien pero que tienes tus límites y que te conviene descansar, revisar lo que haces y cómo lo haces, o pedir ayuda.
Más aún: el servicio, la lucha contra el dolor, la atención, el interés por los demás, sobre todo por los que lo pasan peor, no es sólo una cuestión personal de si te complicas más o menos la vida. Cómo se cura una enfermedad o cómo se educa una persona con un trastorno de conducta no son una cuestión personal. Servir, en estos casos, no depende sólo de la buena fe que tú tengas o de tus esfuerzos, el éxito de tu intervención dependerá de tus conocimientos y de tu formación. No puedes pretender resolver temas complejos y delicados sin una buena preparación profesional, sin un equipo organizado o sin una previsión inteligente.
Jesús lo plantea así a los discípulos cuando los envía a predicar: Yo os envío como ovejas en medio de lobos, sed cautos como serpientes y cándidos como palomas. Las dificultades son serias, no se puede actuar ingenuamente, para transformar situaciones que llevan meses, años o siglos enquistadas, hay que intervenir con astucia. También con delicadeza, respeto y todas las atenciones a las personas pero preparado para lo que se va a hacer.
Hay que conocer bien las situaciones problemáticas y sus causas, es necesario estudiar a fondo las posibles soluciones, hay que estar pendientes de cada caso particular, hay que elegir entre las diversas opciones la mejor, hay que llevarlas a cabo de forma organizada y eficiente paso a paso junto a los afectados, hay que revisar los resultados y las consecuencias... y todo esto tiene sentido porque hay una preocupación sincera por los destinatarios de la intervención.
Hay soluciones que podrás aportar personalmente por tu forma de ser, por ejemplo; otros serán fruto de tu preparación profesional; habrá otros que sólo serán posibles de llevar a buen término si te organizas en grupo y se hace una buena planificación; y aún otros nacerán de la superación confiada de momentos dolorosos que sin saber muy bien cómo evolucionan favorablemente. La vida misma, en definitiva, es la maestra que te llevará día a día a buscar nuevas respuestas más allá de lo que ya crees saber o controlar.

lunes, 4 de marzo de 2019

Utopías no, gracias

Jesús anuncia el Reino. Este concepto es el núcleo de su predicación: Está cerca el reinado de Dios. En las parábolas habla también del Reino: es como un tesoro, como un banquete, como un campo sembrado o una viña. Y todo el que quiera puede entrar: pobres, gente que ama la justicia, perseguidos, los que saben perdonar, los de corazón limpio...
¿Te has fijado que Jesús dedica mucha más atención a hacer la lista de quiénes son los invitados más que a explicar en qué consiste este Reino? Su punto de partida no es un proyecto abstracto elaborado por técnicos y especialistas al cual las personas deberán adaptarse, sino que parte de las situaciones y conflictos de las personas reales y concretas a las que hay que ofrecer alternativas.
Para Jesús son más importantes las personas que los programas y las ideas. Según él Dios, más que defender el valor en general de la solidaridad, del respeto, de la paz o de la igualdad, se interesa por Judit, por David o por Raquel en concreto. Dios es Dios de personas, y no se ocupa de la idea abstracta de la dignidad humana sino de la dignidad concreta de los enfermos, de los marginados, de los hambrientos que está dañada.
La manera de hacer de Jesús empieza por detectar las situaciones escandalosas que degradan el valor de las personas, para pasar después de la indignación a la construcción de una contrapropuesta con soluciones efectivas: atención médica, inclusión social, reparto justo de los recursos.
Servir a las personas siempre es en concreto y a su lado. En cambio según algunos proyectos filosóficos y políticos de carácter utópico parece como si hubiera que prescindir de las personas concretas para poder hacer un supuesto mundo perfecto donde las personas cuenten realmente. Y muchas veces ni se resuelven los problemas reales ni se integra a las personas en eI proyecto.
Jesús destaca a veces que el Reino ya está presente, ya ha llegado, y otras veces subraya que está pendiente de completarse. No sigue un plan cerrado, ni cada paso es el resultado de un proceso calculado, la construcción del Reino se ha puesto en marcha pero es una historia con un recorrido y un final abiertos porque es participativo, y todo dependerá de las personas que formen parte de él. Es, por fuerza, incompleto e inacabado, es una línea de trabajo a la que otros podrán añadir sus aportaciones y completarla.
El trabajo por el Reino está marcado por las urgencias, por los problemas del momento que piden respuesta inmediata... Todo lo que es posible hacer hay que hacerlo ahora. No hay una planificación general, ni prioridades inamovibles, hay varios frentes a los que dar respuesta y líneas de acción diversas para resolver las necesidades de cada grupo humano. Estas necesidades son las prioridades que definen la agenda del Reino y cada momento histórico, cada época, cada entorno tiene las suyas.
A medida que el Reino avanza va desplegando nuevas formas de acción ante los nuevos retos, va incorporando nuevas sensibilidades y va ganando nuevos colaboradores. La dinámica del Reino es inclusiva, tiene por objetivo rescatar todos aquellos que no cuentan para la sociedad y convertirlos en protagonistas de sus vidas.
El Reino es servicio, y como cualquier servicio, está siempre a disposición de quien quiera, listo para adaptarse, replantearse y reponerse. Por todo ello ninguna imagen, ninguna idea es bastante buena para explicar cómo será su conclusión... es un secreto que sólo Dios conoce. Por tu parte tendrás que ver si te apuntas y qué puedes hacer, aunque está lleno de personas que colaboran sin saberlo.