martes, 1 de mayo de 2012

Y tú, ¿qué ves?


¿Qué ves, Jeremías? ¿Qué ves, Amós? ¿Qué ves, Zacarías? Con esta pregunta se inician varios discursos de los profetas en la Biblia. A veces se trata de visiones que transportan al profeta a un mundo diferente, a un espacio nuevo donde se descubre un mensaje de Dios más o menos secreto. Pero a menudo se trata de contemplar una escena bien cotidiana: una rama de almendro llena de flores, la preparación de la cosecha de la fruta, el trabajo de un alfarero... Estas imágenes tienen la capacidad de despertar al profeta y ayudarle a descubrir alguna pista sobre qué está diciendo Dios ahora. Las acciones más sencillas y cercanas tienen una fuerza extraordinaria para expresar los descubrimientos más profundos y difíciles sobre nosotros, la vida y la fe.
Con esta idea vuelvo a ponerme a trabajar en este blog.