lunes, 30 de julio de 2018

Tú completa

¿Qué decimos o qué queremos decir cuando decimos yo? Tu yo es mucho más que las cosas que dices o que se dicen de ti; que las ideas o la imagen que tienes de ti misma; mucho más que tu pasado, más que tu presente y, también, más que tu futuro; más que tus deseos y emociones, que tus dudas y tus contradicciones... Y no te hagas ilusiones: aunque lo juntes todo no conseguirás una buena definición de quién eres.
Hay dos tipos de obras de arte. Unas, como las pinturas, presentan todos sus elementos a la vez. Puedes tardar más o menos en captar todos sus detalles pero tienes delante la imagen completa y acabada. En otras, piensa por ejemplo en la música, es imposible tener de golpe y al mismo tiempo todos sus componentes. Si sonaran simultáneamente todas las notas no entenderías nada. En estas segundas la obra se despliega a lo largo del tiempo y en cada momento dispones sólo de un componente que se va añadiendo a los anteriores y se juntará con los siguientes.
Nuestro yo es como la música, o como una novela, que se desarrolla en el tiempo y nunca tienes todas las piezas a la vez. Lo que creías saber de ti queda matizado o enriquecido o puesto en duda por nuevos hechos y nuevas experiencias. El yo es un misterio que se revela poco a poco. En días que, dentro de ti, el horizonte esté claro y que no haya nubes podrás casi adivinar de dónde vienes y hacia dónde vas pero en general deberás hacer camino con un conocimiento parcial de tu yo, suficiente para avanzar pero incompleto.
Las imágenes o las ideas que parecen resumir quienes somos de forma clara y comprensible son sólo una aproximación. Y para quien tiene miedo de ser como es se suelen convertir en una trampa. Defender la imagen que tenemos de nosotros o que nos gustaría que todo el mundo tuviera o buscar cierta perfección imaginada nos mata. Nos da seguridad, todo parece estable y definido, pero es una forma de huida y nos aleja de nuestro yo auténtico. Básicamente se trata de contar con que eres una peregrina que hace camino y no una escultura destinada a hacer bonito.
Estate atenta a tu vida, toda ella habla de ti, no sólo las palabras que eres capaz de formular o las ideas que puedes llegar a conjuntar, lo que haces y lo que dejas de hacer, qué sientes y cómo reaccionas, con quién estás y qué sueñas... Todo te va descubriendo quién eres y qué necesitas y eso te permite cuidar de ti misma.